domingo, 13 de abril de 2008

Nuevos asientos.

Si llegabas temprano, había que esperar que abrieran. Y no había más remedio que esperar así, como esa chica. Sentado y tratando de no ensusiarte demasiado de tierra. Hasta que Ana, te abría y salía rápido de nuevo a la sala de profes. En los primeros años te abría Oliveto (creo que así se llamaba ese señor que vivía arriba y hacía de portero. Subiendo la escalera del primer o segundo patio... ya ni me acuerdo.


Nunca vi una flor en ese cantero (bueno, a veces se sentaba la chica que te gustaba y eso era mejor que 100 rosas... pero bueno, ése es otro tema). En el otro, el más chiquito, tampoco (ojo, cuidado si te sentabas ahí porque el rector te podía escuchar).

El problema era la salida en los días de lluvia. Todos juntitos subidos a los bordes de cemento redondeado. Esperando al auto salvador o el colectivo. Haciendo equilibrio o definitivamente apoyando el culo en la pared. A veces de adentro "te saludaban" y tenías que bajarte.

Cuántas veces así sentaditos como esa chica esperamos las noticias del compañero que estaba adentro rindiendo en diciembre... o en marzo. O repasabamos las unidades más flojas. Cuántas veces ahí sentado me enteré que lo que había que estudiar era mucho más de lo que yo me había imaginado. O veías pasar hojas de carpeta de los que estudiaban para completar las de los que no estudiaban.

Ahora se ve que pusieron un par de asientos más altos, está bien... para variar un poco...

No hay comentarios: