Cumples de 15

Cuando iba a los cumples nos juntábamos antes en la casa de alguno que vivía cerca del salón. Y todos ahí esperándonos porque ir “solo” me daba un poco de vergüenza. Por lo general el centro de reunión era la casa de Esteban. Nacha, Marcelo, Toki y yo. Por lo general éramos esos cuatro y bastante puntuales.

Los recuerdos se me juntan de casi todos los cumples. No puedo diferenciar uno del otro. El” Cabe” comiendo patas de ranas, Lidia con su tocado (estaba muy linda), pero que generó su histórico apodo. El cumple de Nancy Alvarez. Yo bailando casi toda la noche con una chica petisita morocha que no me acuerdo el nombre y con la que “apretábamos” cuando sonaba la canción (un lento) que un grupo argentino había hecho despidiendo a los Beatles (se acuerdan?). La “Malaquita”. Nunca supe si era un anillo o pulsera o algo parecido, pero la piedra era Malaquita, de eso seguro porque sonaba importante. Claudia entrando y “Honesty” sonando. El salón de los Bomberos de Sarándula. La pregunta “ya la sacaste?” haciendo referencia al momentáneo vals que bailábamos con la cumpleañera y sonreíamos para la foto. Los sandwichitos, saladitos, tragos largos (pero nunca alcohol). Forcinitti haciendo el pase de baile “cachalote”. Marcelo Rodríguez bailando un lento. Todos pendientes de si alguno de los “supuestos romances” se concretaba o no dependiendo si tal sacaba a bailar a cual. La hora de ida a veces dependía de la hora en que se iban las chicas. Según de quién estábamos atentos ya no interesaba mucho más quedarse. A veces acompañábamos a alguna chica que no se había podido colar en el coche del padre de turno. Entonces aparecía la “caballerosidad” de algunos que se ofrecían “desinteresadamente” en acompañar a la que le gustaba aunque le quedara a trasmano de su casa.

Y después el 17. El internacional. Wilde-Centro. Y dependiendo de la hora, la bronca de mi viejo con sus límites de llegada.

Hace dos años, mi hija mayor (Marina) cumplió los quince. Es lógico que el día de la fiesta automáticamente uno compare lo que hacía exactamente cuando nosotros éramos los “chicos”. Evidentemente, nosotros lo pasábamos mejor.